Por sus especiales características, el queso rulo de cabra se ha convertido en un ingrediente que ha ido ganando adeptos. En ensaladas, a la plancha, gratinado, caramelizado o desmenuzado, sus peculiares características permiten muchas posibilidades. Pero es un producto que requiere una conservación muy específica. Y aquí es donde entra en juego el know-how de Eniter poniendo a disposición de los productores una envuelta específica para este tipo de queso.
Un producto con su propia protección natural
Aunque entre el rulo de cabra hay calidades y estilos muy diversos, este producto siempre se presenta como un queso de pasta blanda que luce invariablemente un color blanco limpio y una textura cremosa y sin ojos. la tipicidad exige, además, que el rulo de cabra esté recubierto con una corteza formada por ese característico moho blanco. Esta cubierta, que es natural y comestible como saben todos los amantes del buen queso, está creada por el hongo penicilium y es el modo natural de mantener este queso con su consistencia compacta y su textura cremosa.
Conservar la protección
Para conservar correctamente el rulo la clave está, por lo tanto, en conseguir la envuelta adecuada que conserve su protección natural. La que proponemos en Eniter consiste en una envuelta con microperforado específico que permite que el queso “respire” (así les gusta llamarlo a los maestros queseros). Esta microperforación consigue que el moho se mantenga vivo y con un crecimiento controlado para que proteja el queso a lo largo de toda su vida útil. Si su protección natural perdiera vitalidad, el producto se secaría y perdería peso, cremosidad, aromas y sabor.
La envuelta que propone Eniter para el rulo de queso es un material que, además, ofrece unas excelentes propiedades mecánicas que son muy apreciadas por parte del consumidor final pues mejoran la experiencia de abrir y cerrar el paquete en casa.
¿Quieres saber más sobre esta envuelta? Hablemos.