Los plásticos biodegradables son una propuesta de alto valor ante las exigencias del mercado contemporáneo porque, en caso de llegar al medio natural, se incorporan al mismo sin perjudicarlo. A diferencia de los productos plásticos convencionales, que se fragmentan generando microplásticos, estos envases se degradan mediante la acción de organismos biológicos tales como bacterias, insectos, hongos o algas y quedan reducidos a dióxido de carbono (CO2), biomasa y agua.
Estas son algunas de sus ventajas: