Primero comenzó a buscar propuestas más naturales en su composición y después se interesó por promover la sostenibilidad en toda la cadena de valor. La industria de la cosmética siempre está en la vanguardia. Por eso ahora está muy atenta a la demanda social de reducir el consumo de plástico y promover envases más sostenibles. Eniter ha creado para el sector soluciones imaginativas.
Elegir el envase en función de la barrera necesaria
Hasta el momento, el sector tendía a utilizar por defecto el aluminio laminado en sus envases. Alta barrera para todo. ¿Para todo? En Eniter hemos creado diferentes propuestas, todas ellas reciclables, e invitamos a elegir en función de la protección que cada producto necesite. Si el cosmético en cuestión precisa alta barrera, proponemos un monomaterial específico (puedes leer aquí sus características). Para cosméticos que necesitan solo barrera frente al oxígeno y la humedad, tenemos dos propuestas diferentes:
- Monomaterial de polietileno. Para ofrecer una buena protección, hemos combinado dos capas de polietileno. Sí, sabemos que el uso de este material exige un periodo de adaptación al fabricante por su comportamiento en máquinas, pero lo consideramos como una de las novedades más interesantes de cara al futuro por las enormes ventajas del polietileno a la hora del reciclaje. Quienes apuestan por esta solución se instalan en la vanguardia de los envases sostenibles.
- Poliolefinas unidas. En esta otra propuesta hemos unido dos poliolefinas porque el conjunto tiene una ventaja considerable: que sus componentes se reciclan juntos. Además, es una solución sencilla desde el punto de vista técnico para las empresas que la adoptan porque se basa en materiales bien conocidos en el sector. Es una excelente solución de transición, aunque tiene menos recorrido porque su reciclado es más complejo que en el caso anterior.
Cualquiera de las dos soluciones tiene grandes ventajas sobre las propuestas tradicionales, la principal de las cuales es la posibilidad de renunciar al aluminio laminado, un componente que, en la práctica, no se llega a reutilizar nunca como metal.